viernes, 2 de diciembre de 2011

Con esas ganas...

Esas ganas nuevas que vienen en momentos en los cuales las cosas salen... bastante bien. SIEMPRE está la oportunidad del golpazo, de pensar que lo podías hacer todo y... no. Todo se puede desplomar fácilmente.

Pero están esas ganas que igual te dicen: Me animo a lo que se venga. Y ahí te soltás y querés comer el mundo entero de un solo bocado. Y te sentás, estudiás. Te volvés super aplicado. Cerrás los ojos, los abrís, respirás profundo y seguís con más ganas. Sacás los nervios y los cambias por cartuchos de posibilidades. Te tenés un poco más de confianza. Vas con ganas y GANAS te acompaña.

Es muy difícil proponerse cosas y cumplirlas. Pero es más difícil y doloroso que NADA te salga simplemente porque no lo intentás, no te lo proponés y no marcás ese límite símplemente para superarlo de nuevo.

Y así, por más males que pases, todo va a tener un significado. Respirás profundo, cerrás los ojos y te tirás de clavado a la idea de que se puede. A LA IDEA DE QUE PODÉS.

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