Solo son fantasmas

Son solo fantasmas producidos por mis temores. Fantasmas que ya me conocen y atacan donde más duele. El calor hace delirar en el desierto de lo no construido y lo nuevo por construir. Desde abajo los fantasmas molestan, golpean, toman lo cotidiano y lo hacen pasado dejando marcas profundas y sangrantes.
Esos fantasmas son producidos por mi loca cabeza alucinada, loca y pensaste. Es el castigo por pasar de lo simple a lo complejo, de lo estándar a lo nuevo, de lo escrito a lo que voy a escribir.
Suele pesar el estandarte del dueño de la vida. Suele cometer errores de comparaciones que no llevan a nada, de dolores producidos por error y el error de pensar que hay un error en no sentirse mal.
Es verdad, ya no está. La materia solo es recuerdo y momentos que vuelven para molestar solo porque así los fantasmas se alimentan.
Les voy a dar hambre, no los quiero alimentar.
Y si alguno leyó esto, esta especie de historia o cuento, que busque en su corazón la llave del fantasma que no deja caminar. Cuando se logre escapar libremente, nos reiremos sin temor. Ya se va brindar el cambio, soportaremos ese temblor. Y las acciones por fin serán libres porque el fantasma se irá lejos como se vuela lo hinchado con aire.