miércoles, 7 de octubre de 2009

En mi barquito

Todos tenemos una vida. O por lo menos somos solo concientes de esta que nos tocó vivir.
Nadie la elige.
Nadie elige su familia (yo agradezco la mía, sé que muchos no).
Todos podemos elegir nuestros acompañantes en esta larga travesía. Todos pueden formar parte pero no todos convienen.

Por eso, uno es Capitán en este barco que navega, se hunde, vuelve e resurgir, se vuelve a hundir... Vomitás por las náuseas o disfrutás del mejor atardecer después de un molesto día de tormenta.
Está más que claro que navegar NO es fácil. No se aprende todo en un momento.
Tampoco hay gente que navegue mejor que otra.
Tampoco hay gente que aprende a navegar completamente.

Podemos lastimar al resto de los barcos que nos vayamos a cruzar.
Los podemos golpear.
Los podemos ayudar con provisiones.
O simplemente compartir el mismo barco.

Así y cada uno de nosotros, va en el trayecto.
Así y cada uno de nosotros, navega.

Así y cada uno de nosotros, vive.

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